DOCENTES DEL CORAZÓN
DOCENTES DEL CORAZÓN
Docentes del corazón: una comunidad que crece y lucha por la inclusión
El 10,2% de la población argentina tiene algún tipo de discapacidad. Ante esto, mano a mano con los educadores escolares, los maestros de ámbitos extracurriculares ayudan a niños con discapacidades a relacionarse y desarrollarse de forma integral.
Los docentes del corazón se hacen notar cada día más en Pilar. Hay una extensa y variada oferta de actividades extracurriculares que ofrecen a chicos que padecen algún tipo de discapacidad, ya sea motriz o intelectual, la posibilidad de disfrutar de las clases y descubrir nuevos intereses. Junto con el respectivo acompañamiento escolar que deberían recibir, este tipo de actividades potencia la apertura de cada chico en su entorno, procura la formación integral de sus alumnos y, según la Organización Mundial de la Salud, “complementan una vida activa y son un elemento positivo para construir una sociedad realmente accesible”.
La palabra docente según la Real Academia Española hace referencia al individuo que enseña. Por eso, se los considera docentes del corazón. Gracias a sus enseñanzas, los chicos reciben el cariño y apoyo que necesitan para sentirse plenos, además de capacitarse en determinada actividad. Tanto entrenadores de algún deporte, profesores de pintura, baile, o cualquier persona que enseñe algo fuera del ámbito escolar, capacita a sus alumnos y les brinda herramientas para desenvolverse mejor día a día.
La actividad física mueve montañas
Una de las ocupaciones extracurriculares que ayuda al desarrollo integral de los chicos que viven con alguna discapacidad es el deporte. Hacer cualquier tipo de entrenamiento mejora la condición física de uno (resistencia, velocidad, fuerza, movilidad), mejora la coordinación (orientación, equilibrio, reacción, percepción, adaptación, ritmo), previene enfermedades por falta de movilidad y favorece la seguridad y flexibilidad de la persona. Además, la actividad deportiva los ayuda a canalizar su energía, algo fundamental para su desarrollo diario. La práctica de deporte en las personas con discapacidad favorece su bienestar vital. Según la OMS, “el deporte es el mejor medicamento del mundo, y está al alcance de todos”.
Un estudio publicado en la INFAD, una revista que presenta investigaciones y resultados científicos de trabajos sobre Psicología, Psicología del Desarrollo, de la Educación y Psicología Cognitiva, demuestra que el hecho de que las personas con alguna discapacidad no realicen el deporte suficiente o necesario, se debe a la falta de instalaciones inclusivas, la carencia de ayuda o la insuficiencia de medios económicos. Por más de que sea una vía posible hacia la inclusión y el desarrollo integral, la ausencia de recursos impide que esa posibilidad de mejora se convierta en una opción. Si esas necesidades fueran consideradas y satisfechas, el deporte se puede convertir en una herramienta efectiva para gestionar mejor sus emociones, habilidades y autoestima.
Deportiva Francesa, un club de rugby de Pilar, cuenta desde hace más de un año con un equipo de chicos con capacidades especiales. Se llama Les Coqs y está compuesto por varones y mujeres de distintas edades y con distintas discapacidades. “La idea es la inclusión. Que los chicos jueguen al rugby y tengan su grupo de pertenencia. Es sumamente importante que los chicos se sientan parte de algo más grande que ellos, conforman un equipo en el que son todos distintos, pero iguales a la vez. Vienen al entrenamiento, dejan su discapacidad de lado y se ponen la camiseta del equipo”, cuenta su entrenador, Diego Mengelle.
Más que una actividad, un oficio
Otro lugar que capacita y trabaja con chicos con capacidades diferentes es Cascos Verdes. Pero no solo se trata de una actividad extracurricular, sino que llevan el tema a otro nivel. Capacitan a los chicos para que ellos mismos se conviertan en docentes. Les enseñan sobre la inclusión de personas con discapacidad intelectual a través de la educación ambiental. A través de sus Programas de Educación, les permiten a personas estudiar en el ámbito universitario de manera presencial o virtual. Como parte de su formación, los alumnos realizan prácticas ambientales, difundiendo un mensaje de inclusión y de cuidado ambiental en diferentes ámbitos de la sociedad. Además de integrarlos a nivel social, les brindan la posibilidad de sumergirse de lleno en un oficio y adentrarse en el mundo laboral.
“Cascos brinda la oportunidad a personas con distintos tipos de discapacidad intelectual a estudiar Educación Ambiental en el ámbito universitario, en universidades grosas, como la Universidad Austral, UCA, Ditella, UADE, Udesa, y muchas más, tanto en Buenos Aires y Salta”, cuenta Lucas Puente, director de Cascos Verdes. “Hacen una carrera de cuatro años como cualquier persona y asisten a universidades a las que no tendrían acceso de no ser por Cascos”, agrega Lucas. El director explica que Cascos Verdes se sostiene por el apoyo de muchas personas, principalmente de amigos y familiares que apoyan el proyecto con “mucho compromiso y amor”, y resalta que nada sería posible sin los docentes, que: “se calzan la diez y salen a la cancha con todo para mejorar el futuro de las personas con las que se cruzan”.
La educación: el arma más poderosa para cambiar el mundo
Sin embargo, todas las actividades mencionadas anteriormente no solo son de ayuda para las personas que padecen alguna discapacidad, sino que contribuyen con el desarrollo integral de todas las personas, sin importar las circunstancias que vivan. Todas estas actividades, incluso aquellas que no hayan sido mencionadas, cuentan con múltiples beneficios de aprendizaje. Algunos de ellos: mejorar la actitud frente al estudio, aprender a trabajar en equipo, desarrollar el interés por conocer cosas nuevas, aprender a administrar el tiempo e incrementar la motivación para lograr distintos objetivos.
Tierra de Encuentro es un espacio de salud y educación integral, donde 30 profesionales entrelazan sus grandes pasiones: la vocación de servicio a la comunidad y el respeto, cuidado y amor por los animales. No solo tienen terapias para chicos con discapacidades, sino que tratan temáticas generales que se presentan en la vida de cualquier chico, como el bullying, vínculos, gestión de emociones, etc. Todo a través de actividades recreativas como el contacto con animales, comedia musical y el cuidado de una huerta. Y, además, no solo ponen el foco en que estas actividades sean realizadas, sino que le dan mucha importancia a que se conviertan en un posible oficio para el futuro de los alumnos.
En la entrevista realizada a Daniela Balduzzi, creadora de Tierra de Encuentro, cuenta qué es eso que los diferencia de otras organizaciones que separan las actividades para personas con discapacidad. “Una de las cosas que nos hace diferentes, es que vemos la posibilidad de que los chicos aprendan uno del otro y, por eso, no dividimos por capacidad. Lo que nos hace diferentes es que, nosotros nos centramos en lo que sí se puede hacer y, si lo entendemos de esa forma, todos somos buenos en diferentes cosas, por lo que siempre podemos aprender el uno del otro, cosa que si los separamos no sería posible”, desarrolla Daniela.
Cada día crece más la confianza en talleres extracurriculares para la formación íntegra de las personas. Algo que, a su vez, incrementa el valor que se deposita en los docentes del corazón. Lejos de ser consideradas actividades buenas únicamente para una parte reducida de la población, en ocasiones, terminan siendo la clave para el desarrollo de muchas personas. Hasta, en muchos casos, se convierten en la principal vía para hacer que los individuos crezcan y se desenvuelvan mejor en la sociedad.
Por: Camila Brosens